martes, 5 de marzo de 2019

Algunas noches...

Algunas noches sé que piensas en mí
y sé que una ansiedad de nosotros
cubre de palmo a palmo la ciudad,
de ti a mí como un cable interminable,
como si de pronto pudiera adivinar
una cómplice melancolía compartida,
pero hoy no es una de esas noches,
hoy vienen una tras otra las tristezas
que me empaparon de la falta de ti,
que me robaron tus días y tus tardes,
que me volvieron un pedazo de nada,
cuántas veces crees que te reinventé
en un viejo pedazo de papel amarillo
en las mentiras de un poema mínimo,
en las calles que nunca compartimos,
te reencuentro, te vuelvo a encontrar
dentro de los habitáculos de mi mente,
como si me creyera mi versión de ti
que fabulosamente me ha repoblado
y te ha reconstruido imposiblemente
detallándote, fugaz, hasta la obsesión,
hasta que queda claro que no eres tú,
que los engranes son solamente eso,
que te he hallado en una memoria
que quizás jamás podrá volver a ser,
y que quizás nunca jamás ha sido
nada más que un juego de niños,
nada más que una verdad a medias,
después un reinicio y como si nada,
después el regreso al vórtice infernal,
después mañana, mañana, mañana,
y la noche en la que hablarás de mí,
y la tarde inevitable del eterno retorno,
y la madrugada constante del recuerdo,
hasta que finalmente todo se limpie,
las cosas se vuelvan cosas nada más,
el calendario me diga que al fin llegó
el día en que te reinvente otra vez
solo una última vez y una más y otra.



Ian García Varona