lunes, 2 de septiembre de 2019

La lluvia....

La lluvia sobreviene América
o solamente a mí,
pero los truenos despedazan ya el sábado,
apagados ineficientemente por la canción más conocida de Dave Brubeck
repiqueteando en los audífonos,
camino por Coyoacán,
aunque caen las primeras gotas de agua
el sol sigue en todo su esplendor,
las gafas siguen reposando sobre mis orejas y mis ojos,
tengo también una novela de Henry Miller bajo el brazo,
por supuesto que es trópico de cáncer,
la tormenta que ahora arrecia me obliga a detenerme bajo una palmera junto a los Viveros,
aún hace calor a pesar de todo,
la luz sigue difusa e intensa sobre el horizonte,
las nubes blancas que tapizan el cielo de ese lado no parecen de lluvia,
parecen más bien hechas de seda y del espectro de mis pesadillas,
llegaré tarde a la cita,
decido aventurarme bajo el diluvio que cae inquebrantable,
las fauces del agua han extinguido el sol,
los charcos se suben por las suelas de mis botas,
de alguna manera llego al mercado corriendo,
ell recinto es cálido y está atestado,
estoy empapado pero eso qué importa,
todo me recuerda a a ti,
soy un cliché andando,
quisiera verte hoy
si tan sólo pudiera verte hoy