viernes, 17 de enero de 2025

Algarín

Siento el peso irregular del tiempo

Reinventamos el pasado en la memoria

Contamos los años porque es más fácil que contar el dolor

Que contar cuatro décadas llenas de una felicidad

Y de una angustia que aún es indecible

De banquetas afuera de hospitales

De entierros, cremaciones, misas de años

Años que se repiten desordenadamente

Infinitamente en las sobremesas y en el recuerdo

Vago de algo que nos hace reír y que nos puede hacer llorar

Pero no nos detenemos a pensar

Porque las voces aún resuenan con claridad en las mentes

En las paredes de la casa que se transmutan

Pero en esencia siguen siendo las mismas

Una sala que ya no existe en la que alguna vez me sonreiste

Una biblioteca que ya no tiene libros

Una casa en medio de la sierra donde ahora sólo hay bosque

Y el deseo de (siempre, absolutamente siempre) volver

No a los lugares perdidos o transformados

Si no a las voces, las risas, las manos

Pero a pesar de todo seguimos hacia adelante

El único lugar al que los calendarios saben llevarnos

Cruelmente dejando atrás los tiempos dorados

Reconstruyéndonos sobre estas ruinas que quedaron

Milagrosamente atreviéndonos a mirar al frente

Milagrosamente volviendo a vivir en el momento presente

Milagrosamente encontrando nuevos tiempos dorados

Teniendo el descaro de a veces ser felices

Y la mala costumbre de a veces recordar y volver a sentir

Esa bola de nostalgia atorada entre el pecho y la garganta

Que nos hace volver a extrañar y, de vez en cuando, llorar hasta dormir


-Ian

lunes, 6 de enero de 2025

Imponedle Sacrificios

Imponedle Sacrificios 

Pasado ya el culmen de mi carrera, solo queda esperar al trío de decenas 
Aquí será donde la fructífera conífera se halle estancada en sí misma
Podrás decirme por qué el cielo es azul 
O en una falsa retirada que se lleva todos los posters de gatos perdidos 
Cabría otra forma de hacerme menos

Tan abajo como se puede estar las cosas se empiezan a cuadrar
Todo seguirá exactamente desigual como hace un rato 
Toda la culpa la tendrán mis antepasados mestizos, le impondrán sacrificios al alba naranja que yo seré violeta 

Ya nunca me querré detener ni esperaré menos de esta puesta de sol 
He visto de frente el vacío inmenso que descansa en mis ojeras, el paso perfecto 
a la multitud morbida a la que ahora tengo acceso
El correo institucionalizado de la confianza ciega 
El paso lógico después del ventanal avitralado

Es difícil amar algo que ya no está 
Pero es aún más dificil engancharse a los probablementes 
No hecho de menos el dormir con las luces apagadas
sigue en persecución de mis fauces el color más obscuro que solo yo conozco 

Son las tres de la mañana y el tiempo parece una pasta líquida 
Las luces se deforman como cuando tenía a dos pasos la tabaquería 
Si tuviera otra oportunidad redescubriría todos los misterios del mundo 
Pero me conformare con las manos que son el símil de las mías 
y con los filamentos que salen perfectamente alineados del centro de ti 
Ahora que sé que odias las historias de fantasmas
Te pido que cuando te lo cuente todo 
No te sobresaltes como cuando rosé tu rostro frío en la víspera total 
Y te pido que no odies mi vida como la he odiado yo