Sé que ésta noche estás pensando en mí.
Siento madurar el viejo dolor en mí.
Nada aquí es fuera de lo normal:
hay un libro naranja sobre mi regazo,
mi mirada observa un barandal azul,
las voces a mi alrededor se confunden con las cigarras,
una nostalgia que no es mía ni tuya,
sino de una mirada que se parece a otra que nunca conocí,
ya no te recuerdo,
ya no te encuentro rincones en mi alma,
el sueño caerá temprano y allá nada te deparará,
acá la madrugada nos inundará de una luz extraña y feliz,
no me importa saber qué tanto de esto será un sueño.
Sé que ésta noche estás pensando en mí.
Sé que más de éstas noches vendrán para ti.
Y lo sé, y todo lo demás también lo sé:
sé que piensas en los huesos de mis dedos,
que añoras algo sin nombre,
que el frío de la sierra te amarra y te hace prisionera,
porque, aunque tú no estés aquí, estás,
tú no lo comprendes porque nunca comprendiste nada,
te aplasta el terror de pensarme y necesitarme,
el terror de no saber porqué,
qué más da que no estés aquí,
hace tanto tiempo que no lo estás,
y aún así siempre quedará ese algo que jamás podrás desprender.
Sé que ésta noche estás pensando en mí.
Y qué lástima, la verdad.
Ian García Varona
Coronilla, Guerrero, 2018
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