domingo, 24 de mayo de 2020

Déjame caer


Déjame caer


                                                                “Y tengo certezas
                                                                              Porque te tengo a ti
                                                                            Bicho blanco


Hay palabras que ya
casi no se las
            lleva
                        el viento
Que me dicen
Todo lo que yo ya se
            “Yo podría morir en tus brazos
            Yo podría ir
                        Y jamás regresar”

Todo lo que veo son reflejos del que será
Son reflejos de un espejo que pacta con regresar

Y volverá,
Volveremos
A ser
Los que aún sin práctica
Serán casi siempre

sábado, 23 de mayo de 2020

No recuerdo tu rostro...

No recuerdo tu rostro, sólo tu ausencia,
me dejo engañar por la memoria
pero la memoria no te conserva a ti,
sólo tal vez tus dedos de telaraña,
la humedad de tu boca en mi boca,
tus lágrimas bajo un par de canciones,
pero el resto creo que lo he olvidado,
no recuerdo ya tu nariz cada diciembre,
ni las líneas que prolongaban tu sonrisa,
ni tu cabello recogido con esmero,
trato de conservarte embotellada
en los recuerdos y en las palabras,
pero en realidad no, eso es mentira,
te rehuyo, te reconstruyo como no fuiste,
en una fotografía desenfocada y azul,
un automóvil cubierto de escarcha,
una película italiana en blanco y negro,
tu sei tutto, you are everything, everything,
pero sé que me miento y nos miento,
que tal vez necesito seguir amándote,
aunque te olvide después y eso sea todo,
el recuerdo de un recuerdo y nada más,
mientras tanto postergaré lo inevitable,
me quedaré con lo poco que me queda,
tus bostezos al filo de la madrugada,
tus pies diminutos bajo el escritorio,
tus labios al decirme amor, amor, amor,
hasta que todo termine como todo termina
y el invierno ya no traiga la necesidad de ti.



Ian

viernes, 8 de mayo de 2020

Es raro pensar que he sido feliz...

Es raro pensar que he sido feliz
y que he merecido amor
(hasta el que no merecía),
es agradable pensar que tal vez
una nueva felicidad me aguarda 
tras esquinas necesitadas de nostalgia,
y que un nuevo amor está por venir,
aunque luego todo eso termine
como habitualmente todo termina,
y vuelva el dolor y la rabia
y piense que me muero
o que me quiero morir,
que no hay posibilidad de sobrevivir,
para que luego cualquier otro día
(el día menos pensado)
piense otra vez que he sido feliz,
que me siguen esperando
esquinas llenas de futuras nostalgias
que el tiempo no me podrá arrebatar,
treguas qué esperar con ansiedad,
y que cada amor perdido 
es un amor que, después de todo
(a pesar de todo) también fue mío.


Ian