Ahora que el mundo apenas se termina
nos escapamos hasta "el fin de la Tierra"
qué más da que la mañana empiece y
termine y las hojas secas de los árboles
decoren nuestro pies cansados y heridos,
qué importa que el cielo se nos apague
cada noche y que las estrellas se oculten
sobre las luces de ésta ciudad podrida
y llena de corazones gastados de tanto
andar sin encontrar ningún consuelo,
qué importa, nada, que más da, nada,
si tú y yo nos tenemos, nada importa,
que vengan las tardes grises y los días
bisiestos se hundan sobre sí mismos,
que traigan los meses una soledad fría
y la turbia certeza de lo desconocido,
mientras me beses todo podrá sanar,
los mares brillarán al atardecer y los
perros nocturnos beberán en las fuentes
aguas de lo que el porvenir restaurará,
porque los años pasarán y las luces
se volverán a encender sobre nuestra
calle, y yo te miraré entre mis brazos,
pensaré en el amanecer, y pensaré que
mientras tú estés aquí todo estará bien.
-Ian
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