martes, 31 de octubre de 2023

Lluvia de otoño

El cielo se mueve bajo nuestros pies

y yo, que no soy nada, muero de amor por ti,

salvajes como lluvia de otoño

nos conocimos en un mundo que estaba por nacer,

luego, cansados por la vigilia,

nos desconocimos como viento en el mar,

los siglos y las avenidas nos borraron el rostro,

lo único que quedó fue tu voz

y tu nombre como un eco en la memoria,

lo demás se desdibujó en atardeceres inhóspitos,

la ciudad cada vez más grande,

nuestros corazones cada vez más pequeños,

vencidos por el polvo de las calles

nos reencontramos en un mundo por desbaratarse,

tú no me reconociste, pero yo a ti sí,

me acerqué como si los siglos no hubieran pasado.

como si nuestras vidas aún significaran algo,

me recibiste, con ojos limpios, con labios secos,

me aferré a ti como una nube a una montaña,

ahora, protegidos por el aguacero,

nos encontramos unidos en el destierro,

me acerco a ti temblando, mis oídos sordos,

espero escuchar mi respiración rebotar

en los muros de hielo que deshacen la noche,

las flores de los árboles agonizan en el hervir de dios,

la vida se muere sobre nuestras cabezas,

el cielo se mueve bajo nuestros pies

y yo, que no soy nada, muero de amor por ti.



-Ian

martes, 3 de octubre de 2023

Anhedonia (Autismo)

Anhedonia (Autismo)


Aunque la Cruz del Sur y la Estrella polar no brillarán jamás en el mismo cielo, acepto que tú verano sea mi invierno y mi invierno resulte tú verano 
Jose Emilio Pacheco 


El día que los romanos decidieron que iba a nacer un jueves asignado como el dieciocho de enero del año mil novecientos noventa y nueve
Exactamente en el día setecientos veintinueve mil cuarenta y dos después de Cristo 
me condenaron a esta caduca enfermedad 
Ese día mi condena estaba escrita con letras doradas enunciando puros disparates

Desde el día que abrí por primera vez los ojos y los planetas dictaron que sería el capricornio más capricornio de la historia 
Se sabía que nunca aprendería a llorar, a bailar, ni a dormir profundamente
Desde el día que junto a mi madre, salí de terapia intensiva 
Se sabía que jamás me querría tomar fotos, que sería el peor pivote defensivo en un campo de fútbol y que jamás podría trabajar sentado 
Desde el día que me obligaron a vivir 
ya lo había perdido todo 
Desde el día que no morí 
Se sabía que estaba destinado al fracaso, a la mediocridad en cada aspecto de mi vida, a fallar hasta en mis equivocaciones 
Desde ese día mi propia certeza era que más pronto que tarde yo ya no la tendría 

Hasta hoy en día, y seguramente así será mañana 
No me importa
No me importa nada en realidad 
No me importa quien muere o vive 
No me importa que hago o dejo de hacer 

Soy la inercia de la marea y el viento
Soy el suspiro que vive despreocupadamente y que suelta un oficinista que está a punto de jubilarse cuando se sienta en su sillón favorito 
Soy cada hoja seca y amplificada que pisaste en busca de una viuda negra
Soy el falso mantra con significado de un gurú rebasado que no hace otra cosa más que decir obviedades
Soy la peste bubónica que vivió en cada uno de ustedes cuando todos los reyes murieron 
Soy una sincopa poco pulida, primeriza, que se hunde en el fondo de un cenicero a reventar al rededor de otros fuegos desconocidos que arden sin arder dentro de un speakeasy
Soy la tanatóloga que llora por su madre muerta mientras un padre le dicta oraciones inservibles 
Soy el camino que recorres sobre todo Insurgentes para llegar a la calle marcada con un paso de zebra; tal vez comunista, justo al lado de un puesto obsoleto de periódicos 
Soy lo falaz, el autoexhilio de Papasquiaro y el síntoma 
Soy un abrazo patético cuando los besos están prohibidos 
Soy todo lo que nunca quise ser, lo que no debería de ser nadie
Soy nada más que un trastornado, un tartamudo que confunde el gris con el rosa y el azul con el morado
Soy la tensión entre tú cuerpo y mi cuerpo
Soy la mal mentira mal llamada Jocsan Alejandro Vázquez Arroyo
Una anomalía en un sistema roto

Pero aún así 
este cobarde 
puede recordar ese dulzor ahumado en sus labios como si hubiera sido ayer
Se que tú no puedes
Que tú no quieres 
Esta experiencia universal de la vida 
Lo tiene casi todo 
menos a ella 

Sentado otra vez en la Magdalena Contreras 
Sentado en el mismo coche microscópico y morado 
Sentado a dos calles sintiendo que sólo soy un mal lote 
Una peculiaridad poco original 
Un octavo poco estudiado 
Un historia siempre mal contada, sin descripciones, directo al punto 
Déjame aclararlo todo
Será más fácil si te lo explico 
A dos puntos y aparte

Yo soy la intermitencia 
Yo soy los peores días donde los perros no cantan, las nubes no se precipitan y las jacarandas nunca se caen 
Yo soy los gritos mudos de los niños jugando en una resbaladilla, la fuerza centrifuga de los carruseles y la pintura facial derramada
Yo soy el piso chamusqueado que queda después de un diluvio, el hipoclorito de sodio que quema tu garganta y el vaso que implosiona cuando tratas de secarlo 
Yo soy la crisis moral de nuestra historia, la falta de apetito cuando estás genuinamente ebrio y los gritos en el oído cuando la música no deja escuchar nada más que tus ojos

Yo soy mi propio síntoma de mi propia falsa enfermedad 
Yo soy mi propia sentencia en mi no-vida
Yo soy mi propio cementerio de hormigas intoxicadas por una sobredosis de Sacher 
Yo soy todo lo que soy
Y yo soy todo lo que no soy 
Por ti
Yo solo soy y nunca seré algo más que mi propia muerte 
tú no eres más que el recuerdo que me queda a dos calles a la izquierda