Anhedonia (Autismo)
Aunque la Cruz del Sur y la Estrella polar no brillarán jamás en el mismo cielo, acepto que tú verano sea mi invierno y mi invierno resulte tú verano
Jose Emilio Pacheco
El día que los romanos decidieron que iba a nacer un jueves asignado como el dieciocho de enero del año mil novecientos noventa y nueve
Exactamente en el día setecientos veintinueve mil cuarenta y dos después de Cristo
me condenaron a esta caduca enfermedad
Ese día mi condena estaba escrita con letras doradas enunciando puros disparates
Desde el día que abrí por primera vez los ojos y los planetas dictaron que sería el capricornio más capricornio de la historia
Se sabía que nunca aprendería a llorar, a bailar, ni a dormir profundamente
Desde el día que junto a mi madre, salí de terapia intensiva
Se sabía que jamás me querría tomar fotos, que sería el peor pivote defensivo en un campo de fútbol y que jamás podría trabajar sentado
Desde el día que me obligaron a vivir
ya lo había perdido todo
Desde el día que no morí
Se sabía que estaba destinado al fracaso, a la mediocridad en cada aspecto de mi vida, a fallar hasta en mis equivocaciones
Desde ese día mi propia certeza era que más pronto que tarde yo ya no la tendría
Hasta hoy en día, y seguramente así será mañana
No me importa
No me importa nada en realidad
No me importa quien muere o vive
No me importa que hago o dejo de hacer
Soy la inercia de la marea y el viento
Soy el suspiro que vive despreocupadamente y que suelta un oficinista que está a punto de jubilarse cuando se sienta en su sillón favorito
Soy cada hoja seca y amplificada que pisaste en busca de una viuda negra
Soy el falso mantra con significado de un gurú rebasado que no hace otra cosa más que decir obviedades
Soy la peste bubónica que vivió en cada uno de ustedes cuando todos los reyes murieron
Soy una sincopa poco pulida, primeriza, que se hunde en el fondo de un cenicero a reventar al rededor de otros fuegos desconocidos que arden sin arder dentro de un speakeasy
Soy la tanatóloga que llora por su madre muerta mientras un padre le dicta oraciones inservibles
Soy el camino que recorres sobre todo Insurgentes para llegar a la calle marcada con un paso de zebra; tal vez comunista, justo al lado de un puesto obsoleto de periódicos
Soy lo falaz, el autoexhilio de Papasquiaro y el síntoma
Soy un abrazo patético cuando los besos están prohibidos
Soy todo lo que nunca quise ser, lo que no debería de ser nadie
Soy nada más que un trastornado, un tartamudo que confunde el gris con el rosa y el azul con el morado
Soy el suspiro que vive despreocupadamente y que suelta un oficinista que está a punto de jubilarse cuando se sienta en su sillón favorito
Soy cada hoja seca y amplificada que pisaste en busca de una viuda negra
Soy el falso mantra con significado de un gurú rebasado que no hace otra cosa más que decir obviedades
Soy la peste bubónica que vivió en cada uno de ustedes cuando todos los reyes murieron
Soy una sincopa poco pulida, primeriza, que se hunde en el fondo de un cenicero a reventar al rededor de otros fuegos desconocidos que arden sin arder dentro de un speakeasy
Soy la tanatóloga que llora por su madre muerta mientras un padre le dicta oraciones inservibles
Soy el camino que recorres sobre todo Insurgentes para llegar a la calle marcada con un paso de zebra; tal vez comunista, justo al lado de un puesto obsoleto de periódicos
Soy lo falaz, el autoexhilio de Papasquiaro y el síntoma
Soy un abrazo patético cuando los besos están prohibidos
Soy todo lo que nunca quise ser, lo que no debería de ser nadie
Soy nada más que un trastornado, un tartamudo que confunde el gris con el rosa y el azul con el morado
Soy la tensión entre tú cuerpo y mi cuerpo
Soy la mal mentira mal llamada Jocsan Alejandro Vázquez Arroyo
Una anomalía en un sistema roto
Una anomalía en un sistema roto
Pero aún así
este cobarde
puede recordar ese dulzor ahumado en sus labios como si hubiera sido ayer
Se que tú no puedes
Que tú no quieres
Esta experiencia universal de la vida
Lo tiene casi todo
menos a ella
Sentado otra vez en la Magdalena Contreras
Sentado en el mismo coche microscópico y morado
Sentado a dos calles sintiendo que sólo soy un mal lote
Una peculiaridad poco original
Un octavo poco estudiado
Un historia siempre mal contada, sin descripciones, directo al punto
Déjame aclararlo todo
Será más fácil si te lo explico
A dos puntos y aparte
Yo soy la intermitencia
Yo soy los peores días donde los perros no cantan, las nubes no se precipitan y las jacarandas nunca se caen
Yo soy los gritos mudos de los niños jugando en una resbaladilla, la fuerza centrifuga de los carruseles y la pintura facial derramada
Yo soy el piso chamusqueado que queda después de un diluvio, el hipoclorito de sodio que quema tu garganta y el vaso que implosiona cuando tratas de secarlo
Yo soy la crisis moral de nuestra historia, la falta de apetito cuando estás genuinamente ebrio y los gritos en el oído cuando la música no deja escuchar nada más que tus ojos
Yo soy mi propio síntoma de mi propia falsa enfermedad
Yo soy mi propia sentencia en mi no-vida
Yo soy mi propio cementerio de hormigas intoxicadas por una sobredosis de Sacher
Yo soy todo lo que soy
Y yo soy todo lo que no soy
Por ti
Yo solo soy y nunca seré algo más que mi propia muerte
Y tú no eres más que el recuerdo que me queda a dos calles a la izquierda
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