El parque huele a pino aún, a pesar de la fecha,
también huele a tierra mojada y pisada y vuelta a mojar
(sospecho que se debe a los aspersores que sustituyen la lluvia
y no a una causa más romántica),
los perros ladran
(no es que hayan visto nada excepcional,
es por culpa del triste encierro de la veterinaria de Miguel Laurent)
y la fuente está seca.
Pero todas las cosas siguen siendo hermosas
(y todas las cosas hermosas se siguen pareciendo a ti).
Por: Ian García Varona
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