Nos deslizamos suaves entre la noche
La música bramando en el estéreo
Las llantas del auto casi suspendidas
Sobre el asfalto que se pinta del agua
De lluvia y de las luces rojas y naranjas
De la sombra urbana que nos devora
Pronto será la hora de las cosas rotas
En la que el día dará la vuelta sobre sí
Pero en tu rostro danzan las farolas
Y en tus ojos brilla la radiación azul
De una tarde neón olvidada años atrás
Y de las cosas que quedan por decir
En este silencio que quizá permanezca
Hasta que se nos rompan los dientes
Y las uñas de los pies se despostillen
En un intento desesperado por sanar
Aquello que nunca podrá ser sanado
Pero queda tu rostro afilado y tus ojos
Callados y tus labios con color a sal
Y aquella cosa indecible y aquel cielo
Que se rompe sobre nosotros ahora
Que la víspera está por desvanecerse
Sobre el auto que avanza indiferente
Entre las calles frías de un raro otoño
Que amanece temprano en los huesos
Y atardece tarde en avenidas vacías
En las que solos quedamos tú y yo
La música y el murmullo de la noche
-Ian
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